Los aditivos alimentarios están presentes en todos los alimentos industrializados. Actualmente, es difícil encontrar a una persona que no consuma estos alimentos, por lo que podemos decir que todos nosotros, incluso sin darse cuenta, consumimos estos aditivos.
Los conservantes de alimentos, como también son conocidos, sirven para mejorar el aspecto, el sabor y hasta para prorrogar la validez de estos productos. Estamos tan acostumbrados a simplemente comer estos alimentos, que no nos preguntamos si pueden traer algún perjuicio para nuestra salud.
Ya se detuvo a pensar por qué los alimentos en los estantes de los mercados tienen una vida útil tan larga? Preste atención a la próxima vez que tenga que comprar algo. Puedes ver la fecha de fabricación y fecha de caducidad de algún alimento procesado y piense en tanto de químicos que se necesita tener para durar tanto tiempo sin echar a perder.
Fue pensando en eso que hemos hecho una lista de cuáles son los tipos más comunes de aditivos alimentarios y vamos a discutir un poco más sobre el propósito de cada una, lo que son, para que sirven y si se pueden traer algún tipo de riesgo para nuestra salud.
Aditivos alimentarios: ¿qué son?
Existe una gran variedad de conservantes de alimentos, cada uno con su función dentro de un producto industrializado. Ellos son añadidos para recuperar las características originales que el alimento ha perdido al ser procesado o incluso para cambiar alguna característica nueva. Los más comunes son los que se usan para conservar, mejorar el sabor, cambiar su color, entre otros.
Los conservantes que, como el propio nombre lo dice, tienen la función de conservar los productos por el máximo de tiempo posible, siempre han sido usados, pero de forma natural. Antes de existir la nevera, por ejemplo, se utilizan muchas técnicas naturales de conservación, como deshidratar alimentos, salar, hacer conservas, ahumado, entre otros.
En la actualidad, los conservantes que consumimos son sustancias químicas con el poder de inhibir el crecimiento de bacterias y otros micro-organismos que puedan estropear la comida. Los aditivos alimentarios que se encuentran en prácticamente todos los productos envasados que compramos, desde panes, jugos industrializados, queso, carne de res, margarina, vino, entre otros.
Para explicar mejor la función de los aditivos alimentarios más utilizados, hemos preparado una lista con la información pertinente a cada uno.
Tipos de aditivos alimentarios
1. Los edulcorantes artificiales
Los edulcorantes artificiales funcionan no sólo para endulzar los alimentos, pero se utilizan en productos salados también. Vamos a hablar sobre los dos edulcorantes artificiales más comunes entre los aditivos de los alimentos procesados.
Bastante presente en refrescos de dieta o cero y otros alimentos que se dicen sin azúcar.
No hay registro de las personas que, después de consumir alimentos con el aspartamo, tuvieron dolores de cabeza, cambios de humor, ansiedad, fatiga crónica, convulsiones, entre otros problemas. También hay algunas sospechas de que el aspartamo puede contribuir a la aparición de algunos tipos de cáncer, como la leucemia, el linfoma y el tumor en el cerebro.
Sin embargo, la mayoría de las investigaciones no ha llegado a ninguna conclusión definitiva. Algunas indican que no hay ninguna asociación del aspartamo con estos síntomas y enfermedades, mientras que otras indican que sí.
Otro edulcorante artificial muy común en los alimentos procesados es el jarabe de maíz, porque se endulza tanto como el azúcar, pero es mucho más barato. Por el nombre parece algo inofensivo, pero la verdad es que el jarabe de maíz es un producto altamente refinado y que contiene un alto valor calórico.
Podemos encontrar el jarabe de maíz en prácticamente todos los tipos de alimentos procesados, no sólo los alimentos dulces. La mayoría de las bebidas azucaradas que no son de dieta es endulzada con jarabe de maíz. Otros ejemplos son los yogures, salsas para ensalada, cereales, entre otros.
Algunos expertos dicen que el jarabe de maíz puede engordar más rápidamente que el azúcar normal, además de aumentar los niveles del colesterol malo, el LDL y aumentar el riesgo de diabetes tipo 2 y la obesidad.
Otros profesionales de la nutrición, como la profesora Marion Nestle, de la Universidad de Nueva York, afirman que no hay diferencia entre el jarabe de maíz y el azúcar en términos bioquímicos.
Tanto en el caso del aspartamo, como en el del jarabe de maíz, hay mucha controversia entre los estudiosos y hasta el día de hoy no es posible afirmar con certeza hasta que punto ellos pueden ser perjudiciales para nuestra salud. En estos casos, lo mejor es evitar el consumo regular de alimentos cuya composición no se puede confirmar si es así o no.
2. Glutamato monosódico
Al procesar los alimentos, mediante el uso de muchos aditivos, es común que pierdan su sabor natural y es por eso que la mayoría de los alimentos industrializados utilizan el potenciador del sabor glutamato monosódico.
Haz la prueba y ver en la etiqueta de algunos alimentos y sus ingredientes. Hay muchas posibilidades de que, sea cual sea el alimento, él tenga este aditivo, principalmente si se trata de un helado, aperitivos, sopas instantáneas, salsas para ensalada, entre otros.
Estudios asocian algunos efectos secundarios al glutamato monosódico, como la obesidad, dolor de cabeza, palpitaciones, náuseas, fatiga crónica, depresión y problemas oculares. Algunos expertos afirman que este aditivo puede desactivar la función de saciedad del cerebro y, por tanto, ser un causante de la obesidad.
Sin embargo, como en el caso de los edulcorantes artificiales, existe bastante controversia sobre el glutamato monosódico. Es claro que todos los aditivos alimentarios son liberados por los órganos responsables y, por tanto, hay profesionales e investigaciones que apuntan a que no hay ningún peligro en utilizarlos.
3. Las grasas trans
Mucho se ha hablado sobre la grasa trans, considerada como uno de los peores aditivos alimentarios que alguien puede consumir, y esta opinión es casi una unanimidad entre los especialistas y médicos. La grasa trans es usado como conservante, lo que aumenta la validez de los alimentos industrializados.
La grasa trans es hecha a partir de un proceso de hidrogenación, que se realiza a través de la adición de hidrógeno a los aceites vegetales, y por eso casi no se presente de forma natural en las grasas animales.
La grasa trans se encuentra presente en la margarina, los bocadillos, pasteles y panes, galletas, comida rápida y prácticamente cualquier alimento que tenga mucha grasa o sea frito.
Estudios señalan que, además de aumentar el colesterol malo, la grasa trans tiene el poder de disminuir los niveles de colesterol bueno, lo que aumenta los riesgos de enfermedades cardíacas, la diabetes y las inflamaciones crónicas.
4. Colorantes alimenticios
Los colorantes son aditivos alimentarios presentes en prácticamente todos los alimentos procesados, ya sea para recuperar un color que se ha perdido durante el proceso, ya sea para dar un color más llamativo de los alimentos.
Hay indicios de que los colorantes pueden causar problemas de comportamiento en niños y que esto puede llevar a una disminución de su nivel de inteligencia, el QI. También hay expertos que indican que algunos colorantes pueden tener relación con la aparición de células cancerígenas.
Hace más de 3 décadas, los estudiosos que investigan los efectos de los colorantes en los niños. En 2007, un estudio publicado por el diario Lancet, concluyó que el consumo de algunos tipos de conservantes para alimentos y colorantes artificiales pueden, sí, causar hiperactividad en los niños.
Autoridades en el asunto pidieron a las empresas para que dejasen de usar estos colorantes voluntariamente, en el Reino Unido, pero ellos no aceptaron y los órganos reguladores no han prohibido el uso de colorantes.
Este caso ejemplifica muy bien que incluso los aditivos alimentarios liberados pueden hacen mal a nuestra salud. Mientras que en Brasil todavía utilizamos una serie de colorantes alimentarios que los científicos han demostrado que hacen daño a nuestra salud, en algunos países, como Dinamarca, que ya fueron expulsados hace muchos años.
5. Nitrato de sodio
Este aditivo alimentario se utiliza principalmente en el procesamiento de carnes y puede ser utilizado como un conservante, colorante y potenciador del sabor de los alimentos como el jamón, tocino, salchichas, entre otros.
Estudios señalan que el consumo de nitrato de sodio puede estar asociado a algunos tipos de cáncer, principalmente en los órganos del sistema digestivo.
En la década de 1970, el órgano responsable de validar que los aditivos alimentarios pueden ser usados en los alimentos en Estados Unidos trató de prohibir el uso del nitrato de sodio, pero las grandes empresas del sector afirmaron que no había otro tipo de aditivo para uso en carnes.
Hasta hoy, las empresas de todo el mundo utilizan este aditivo peligroso, sobre todo porque deja las carnes un poco más rojas que están, ya que su coloración se escapa después de que la sangre para circular y se vuelven oscuras y comienzan a pudrirse.
6. BHA y BHT
Estos son dos tipos de aditivos alimentarios muy comunes en aperitivos, aceites vegetales, cereales, caramelos, chicles, gelatina, salchichas, entre otros. Como todos los conservantes, el BHA y el BHT ayudan a preservar las características físicas del producto por el máximo de tiempo posible.
Algunos expertos apuntan que estos conservantes pueden causar cambios de comportamiento, insomnio, aumentar el apetito y, en casos más graves, generar cáncer, calvicie, anormalidad fetal y retraso del crecimiento.
Los estudios realizados aún no son concluyentes, pero es importante asegurarse de que los síntomas y evitar los alimentos que posean este tipo de conservante.
Riesgos
Como podemos ver, ninguno de estos aditivos alimentarios puede ser consumido sin alguna preocupación. Las industrias alimenticias son muy poderosas y pueden influir en las decisiones de los órganos responsables de la expulsión de los componentes peligrosos para la salud.
Algunas personas poseen el organismo más sensible a determinadas sustancias y cualquier compuesto artificial puede causar reacciones adversas en estas, como picazón en el cuerpo, alergias de la piel, dificultad de respiración, problemas gastrointestinales, entre otros.
Por eso es tan importante estar conscientes de que los alimentos industrializados nos pueden traer daños, sobre todo si estamos acostumbrados a consumirlos regularmente.
Cuanto más productos naturales de la naturaleza, menores serán las posibilidades de conformidad con serios problemas de salud derivados de los aditivos alimentarios, por lo que mantener una alimentación sana y equilibrada es siempre la mejor opción.
Se suele consumir muchos alimentos procesados que contienen estos aditivos alimentarios? Ya intentó evitar o eliminar de su dieta estos industrializados? Un comentario a continuación!
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Este artículo apareció primero en
Salud Responde:
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